Equilibrio de un perfil disarmónico

La armonía de un rostro es un conjunto de factores. Lo mismo ocurre con el perfil "perfecto", fruto de una relación estética entre tres puntos clave: la unión de la frente, la nariz y, precisamente, la barbilla.
En algunos casos se desplaza el tercio inferior, el que comprende desde el labio superior hasta la punta del mentón.
La mentoplastia, tiene como objetivo modificar el volumen y la forma del mentón, otorga al rostro una mejor relación estética y relaciona armónicamente sus tres planos.

En el caso de mentón hundido, se puede recurrir a la mentoplastia aditiva, que consiste en la inserción de prótesis. De la misma manera es posible reducir un mentón excesivamente prominente (mentoplastia reductora), o simplemente modelar las asimetrías presentes como en el caso de un mentón demasiado anguloso.
Naturalmente, los objetivos de la intervención son diferentes: puramente estéticos, si se pretende conseguir una apariencia más armoniosa; funcional, si la reconstrucción del mentón se debe a accidentes o malformaciones genéticas.

Intervención

El procedimiento quirúrgico de mentoplastia generalmente tiene dos funciones, la de reducir el mentón o agrandarlo.
Por lo tanto, la duración de la intervención varía según el tipo de corrección a realizar. Para reducir el mentón, comenzamos con una incisión de 3-4 cm de largo por dentro del labio inferior, en el fórnix gingival, o por fuera, a nivel del surco submentoniano y procedemos a la eliminación del exceso de material y eventual limado de la porción ósea.

Para aumentar el mentón, después de la incisión, se insertan y colocan prótesis, generalmente de silicona o gore-tex (materiales que se integran con la estructura ósea).
La forma y el volumen de las prótesis se definen en función de la conformación anatómica del paciente y del defecto a corregir, para garantizar un resultado armonioso. Al final de la operación se sutura la zona con puntos reabsorbibles que hacen prácticamente invisible la cicatriz.