Eliminación de tatuajes
- duración tratamiento: 6-12 meses
- número de sesiones: da 6 a 15
- método de tratamiento: ambulatorio
- anestesia: no es necesaria
- descanso después del tratamiento: no es necesario
- regreso a la vida social: inmediato
Nada es imborrable
Pensarlo siempre es posible, el tratamiento de eliminación de tatuajes es prueba de ello.
Las necesidades e intereses profesionales o personales que cambian con el tiempo pueden requerir la necesidad de borrar una pequeña o gran "página" de la propia vida escrita o dibujada en la piel.
La mejor solución es el láser, que permite realizar una depilación completa, sin dejar cicatrices ni marcas antiestéticas.
La técnica PICO LASER CUTERA
El láser Pico Cutera es un láser ultramoderno y sofisticado considerado por los expertos como el más efectivo del mundo en la eliminación de tatuajes.
Emite pulsos ultra cortos con una duración de picosegundos: esto significa emitir pulsos en la billonésima parte de un segundo.
Gracias a la duración extremadamente corta del pulso, se produce un aumento de la onda de choque de la luz sobre la tinta y, por lo tanto, una reducción de la energía total en el tejido. Esto permite limitar el efecto térmico solo al pigmento del tatuaje, manteniendo inalterados y sanos los tejidos circundantes.
En comparación con los láseres tradicionales que utilizan tecnología q-switched, el láser Pico Cutera utiliza la tecnología de picosegundos, lo que permite fragmentar el tatuaje en partículas mucho más pequeñas, casi pulverizándolas, facilitando su eliminación y garantizando resultados óptimos.
¿Cuántas sesiones se necesitan?
La eliminación de un tatuaje requiere varias sesiones, cuyo número depende de varias variables, como el tamaño del tatuaje, el área en la que está presente, la naturaleza de sus pigmentos.
Combinadas, estas variables dan lugar a seis parámetros que definen la escala de Kirby-Desai, que ayuda a determinar el número de sesiones necesarias.
El proceso de eliminación puede durar un año o incluso más y requiere de 6 a 15 sesiones, espaciadas entre sí por al menos 25 días.
La composición del color es decisiva en el éxito del tratamiento.
De hecho, los tonos claros solo se atenúan y se vuelven menos intensos, por lo que son más difíciles de eliminar que los pigmentos más oscuros.
Láser y dolor: ¿sí o no?
"¿Realmente duele?" es la pregunta más frecuente.
El dolor asusta a quienes planean quitarse el tatuaje, sobre todo si los convencen los testimonios falsos, refiriéndose también a los tratamientos invasivos realizados con equipos viejos e inadecuados.
Generalmente, la sensación que produce el láser es tolerable, parecida a un pinchazo y no muy alejada de la que se siente cuando el tatuador inyecta el pigmento en la piel (procedimiento ciertamente menos rápido).
Una pomada anestésica puede, en caso de alta sensibilidad al tratamiento, permitir un mayor confort.
Después de cada sesión, el médico tratará la zona afectada con una crema antibiótica, protegiéndola con un apósito estéril.
Inmediatamente podrá retomar sus actividades diarias, sociales y laborales.